miércoles, 20 de junio de 2012

El retorno de Punchalloq

Rupa Wasi , estando a los pies de Machupicchu, se prepara para celebrar, el solsticio de invierno. Acá  los dejo con un texto que trata de recrear lo que pudo a  ver pasado en el tiempo de los Incas.


Por miles de años el mundo que conocemos estaba dividido en tres partes , Hanna-paccha, era el mundo de arriba de los dioses, todos los cuerpos celestes, dioses y espíritus, luego venia el Cay -paccha, el mundo de los vivos, con sus montañas, ríos, quebradas, lagos lagunas, la mama cocha, y todo lo que uno podía ver y sentir, ya abajo estaba el Ucju-Paccha, el mundo subterráneo de los muertos un mundo misterioso y oscuro. Pero también existían dioses y deidades alternas, una de ellas era Punchaylloq, este dios estaba representado por los rayos del Sol, era el que enlazaba los mundos, el que llevaba las plegarias al dios supremo, el que con sus rayos traía esa energía vital, esa luz portadora de vida y calor. 

A sus dioses les dedicaban un culto supremo, ofrendando sus mejores productos, llamas vicuñas y alpacas selectas eran ofrendadas en ceremonias solemnes dirigidas por el sumo sacerdote Willac Umu y las vírgenes del sol las elegidas, también construían templos para honrarlos, con los acabados mas finos y perfectamente alineados para recibir los rayos del dios supremo en esa fecha tan especial el Inti Raymi, y así confirmar el poder divino, la ofrenda fue aceptada, los dioses están satisfechos, va ser un buen ciclo. Difícil dudarlo al ver ese momento mágico captado por el lente de una cámara, momento para reflexionar y no olvidar esa esencia que nos mantiene vivos y nos conecta con todo, siempre con respeto.



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